jueves, 29 de enero de 2009

Compromiso Social de la Enfermería


“LAS INSTITUCIONES REPRESENTATIVAS DE LA ENFERMERIA EXIGEN UN CAMBIO EN EL MODELO DE GESTIÓN”


EL COMPROMISO SOCIAL DE LA ENFERMERÍA

Lic. Santiago Durante

La luz sigue encendida, el llamado continúa... incesante. Esa persona sigue esperando la atención de quien no puede atenderla. Al menos no como debe ser atendida. Las razones pueden ser muchas, pero el resultado siempre es el mismo: unos cuidados de baja calidad y una amarga sensación por parte de ambos: del paciente, la de sentirse abandonado... tratado con indiferencia; la de la enfermera, de agobio, del deber no cumplido, de impotencia ante el sistema perverso que la obliga a actuar en forma mecánica, alienante.

Está dicho que la Enfermería está orientada a contribuir en la satisfacción de las necesidades de la persona cuidada. Ahora bien, ¿qué sucede cuando esas necesidades insatisfechas las trasladamos al ámbito de lo social?

Cada día, durante el último año 16.815 personas (¡12 por minuto!) pasaron a formar parte de la franja de nuevos pobres. Un 53% de la población argentina, 19 millones de habitantes vive bajo la línea de pobreza. Entre ellos, 9 millones de indigentes. La situación se agrava en el caso de los niños: siete de cada diez menores de 14 años son pobres. (1)

Muchos colectivos profesionales se han manifestado con respecto a la crisis y han tomado ya cartas en el asunto. Pero la sociedad argentina necesita con urgencia de la Enfermería. La comunidad argentina está enferma, la “paciente Argentina” necesita con urgencia de la atención de una enfermera. A cambio obtiene... el silencio, la indiferencia…

A propósito de libros y cartoneros...

Rodolfo Ramírez, es el responsable del Centro Cultural “Casa Águeda”, una entidad sin fines de lucro en la localidad de San Martín del conurbano bonaerense. Hace un tiempo atrás, Ramírez me comentaba que se acercó un grupo de Boys Scouts de la zona para ofrecer su colaboración. Así, los jóvenes entusiastas comenzaron a recolectar libros para donarlos a la biblioteca popular que funciona en “Casa Águeda”.

Lo llamativo del asunto es lo que sucedió después de la colecta: muchos de los libros provenientes de “limpiezas” de bibliotecas de colegios religiosos, no poseían ningún valor significativo para la biblioteca. Sobre todo por su antigüedad y temática. Don Ramírez, con su buen criterio y apremiado por el reducido espacio de los anaqueles de la biblioteca, tuvo que hacer una selección de los mismos, de la cual quedó un importante remanente para el “descarte”.

Tiempo atrás, este sanjuanino habría hecho un enorme paquete con aquellos volúmenes y los habría embalado hacia su terruño natal para que sean repartidos entre las escuelas rurales de la provincia. Aunque esta vez optó, por otra solución: entregó todos estos libros a un niño cartonero que pasa todos los días por la puerta del Centro Cultural...

Sin duda el destino de esos libros iba a ser el reciclado de papel, uno de los negocios más frecuentes en estos tiempos de crisis.

¿Utilizamos los libros para ser leídos... o para ser “comidos”?

En una lectura rápida de la situación me horroricé por la posibilidad de que un libro, un elemento sacrosanto en nuestra cultura sea mancillado por la miseria y ser canjeado por unas monedas por su peso en papel.

Repensando la situación pude ver que esas monedas darían un plato de comida al niño cartonero y tal vez a sus hermanos... los que, tal vez no puedan leer un libro en medio del trágico torbellino por el que atraviesan sus vidas. No obstante no cabe duda de que sin ese plato de comida perderían toda posibilidad de leer un libro alguna vez. “Sin educación, las personas son más vulnerables porque, como carecen del mundo interior que ella construye, quedan limitadas al espacio enrarecido de su experiencia cotidiana”.(2)

La salud no es un bien que se posee, un estado estable o una ausencia de enfermedad. Formando parte de la dinámica de la experiencia humana, la salud se integra en la vida misma del individuo, la familia y los grupos sociales que evolucionan en un entorno particular.

Fuentes:

1 Datos del diario Clarín del 22/08/02 citados por Pablo Stancanelli en “El mejor alumno bajo la lupa” Forum Social Mundial (FSM) Temático en Argentina, Le Monde diplomatique, Edición Cono Sur. Septiembre 2002.

2 ETCHEVERRY, G. J.: “La tragedia educativa” Fondo de la Cultura Económica de Argentina S.A. 10ª reimpresión Buenos Aires, Argentina 2001. Página 75.

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“LAS INSTITUCIONES REPRESENTATIVAS DE LA ENFERMERIA EXIGEN UN CAMBIO EN EL MODELO DE GESTIÓN”


“LAS INSTITUCIONES REPRESENTATIVAS DE LA ENFERMERIA EXIGEN UN CAMBIO EN EL MODELO DE GESTIÓN”

Lic. Rubén Gasco

ESTADO DE SITUACIÓN

En la actualidad, los destinos de la Enfermería pasan por las decisiones tomadas por asociaciones que se manejan bajo modelos unipersonales, cuasi monárquicos. Estos modelos perimidos de conducción no han logrado nada para el colectivo enfermero.

Sin duda la falencia principal que favorece esta situación particular es la falta de participación de los colegas enfermeros y enfermeras. Como ejemplo podríamos mencionar que en la última elección de la Asociación de Enfermería de Capital Federal, entidad que se arroga la representación de los profesionales de la Ciudad de Buenos Aires, solo votaron 60 colegas. Sí, leyó bien: ¡sesenta! Para que el lector tenga una idea más acabada de la gravedad del asunto, cabe mencionar que solo en el sector público de la Ciudad de Buenos Aires hay 7.000 (siete mil) enfermeros. A esa cifra habría que sumarle la del sector privado y de seguridad social.

PERO HAY MÁS

Lo más grave es que esto no termina allí. El resto del país tiene los mismos sistemas unipersonales al frente de las asociaciones profesionales, con perfiles muchas veces excluyentes y autoritarios. Y lo que es peor (sí: aún se puede empeorar), es que estos “representantes” eligen periódicamente a las autoridades de la Federación Argentina de Enfermería (FAE), entidad que son nuestra cara ante el mundo entero!!! Para demostrar la carencia de representatividad real de esta federación, podríamos preguntar a cualquier compañero de trabajo quiénes son las actuales autoridades de la misma. Y es que, más allá de las buenas intenciones de estas colegas el grueso de los enfermeros ignoran sus identidades. En efecto: el reciente cambio de la Comisión Directiva de la FAE es un hecho que ha pasado desapersibido e ignorado por la absoluta mayoría de los enfermeros y enfermeras del país entero.

Y estos detalles, cuando de representación profesional se trata, no son menores. Estas instituciones desgastadas, carentes, como decía de toda representatividad real son hoy por hoy el único referente del colectivo ante la comunidad. No es casual, pues que se desconozca y por ende no sea debidamente reconocido el papel de la profesión en el contexto social.

PERO NO HAY QUEJA SIN PROPUESTA…

Hace más de 10 años que vengo fomentando la formación de asociaciones organizadas por especialidad, por institución1 o por región geográfica. Las mismas tendrán el valor agregado de la cercanía directa con los miembros que la integran. Este sentido de pertenencia le imprime a toda asociación el espíritu necesario para su crecimiento sostenido en el tiempo y su compromiso con la profesión. Sin duda, este entramado de asociaciones científicas, sociales y profesionales, organizadas al modo de las federaciones agrarias, representará mucho más fielmente las voluntades de aquellos trabajadores que las integren. Asociaciones destinadas a la capacitación y desarrollo científico-profesional; al análisis y tratamiento de todas aquellas cuestiones legales y normativas que nos incumban; y al abordaje crítico de los procesos éticos y bioéticos que enfrentamos cotidianamente.

Por eso saludo la creación de múltiples asociaciones de enfermería y sería un beneplácito personal verlas crecer como hongos en todo el territorio de la república Argentina, sin personalismos, sin exclusión. Entonces, cuando 20 o 30 representantes se sienten a la mesa de discusión con los distintos funcionarios va a estar la presencia de miles de colegas detrás.

(1)Ver Durante, Santiago y Gasco, Rubén: “Planificación estratégica ¿Una asociación profesional de Enfermería por cada Hospital?” Revista “Salud y Enfermería” nº 3