“LAS INSTITUCIONES REPRESENTATIVAS DE LA ENFERMERIA EXIGEN UN CAMBIO EN EL MODELO DE GESTIÓN”
Lic. Rubén Gasco
ESTADO DE SITUACIÓN
En la actualidad, los destinos de la Enfermería pasan por las decisiones tomadas por asociaciones que se manejan bajo modelos unipersonales, cuasi monárquicos. Estos modelos perimidos de conducción no han logrado nada para el colectivo enfermero.
Sin duda la falencia principal que favorece esta situación particular es la falta de participación de los colegas enfermeros y enfermeras. Como ejemplo podríamos mencionar que en la última elección de la Asociación de Enfermería de Capital Federal, entidad que se arroga la representación de los profesionales de la Ciudad de Buenos Aires, solo votaron 60 colegas. Sí, leyó bien: ¡sesenta! Para que el lector tenga una idea más acabada de la gravedad del asunto, cabe mencionar que solo en el sector público de la Ciudad de Buenos Aires hay 7.000 (siete mil) enfermeros. A esa cifra habría que sumarle la del sector privado y de seguridad social.
PERO HAY MÁS
Lo más grave es que esto no termina allí. El resto del país tiene los mismos sistemas unipersonales al frente de las asociaciones profesionales, con perfiles muchas veces excluyentes y autoritarios. Y lo que es peor (sí: aún se puede empeorar), es que estos “representantes” eligen periódicamente a las autoridades de la Federación Argentina de Enfermería (FAE), entidad que son nuestra cara ante el mundo entero!!! Para demostrar la carencia de representatividad real de esta federación, podríamos preguntar a cualquier compañero de trabajo quiénes son las actuales autoridades de la misma. Y es que, más allá de las buenas intenciones de estas colegas el grueso de los enfermeros ignoran sus identidades. En efecto: el reciente cambio de la Comisión Directiva de la FAE es un hecho que ha pasado desapersibido e ignorado por la absoluta mayoría de los enfermeros y enfermeras del país entero.
Y estos detalles, cuando de representación profesional se trata, no son menores. Estas instituciones desgastadas, carentes, como decía de toda representatividad real son hoy por hoy el único referente del colectivo ante la comunidad. No es casual, pues que se desconozca y por ende no sea debidamente reconocido el papel de la profesión en el contexto social.
PERO NO HAY QUEJA SIN PROPUESTA…
Hace más de 10 años que vengo fomentando la formación de asociaciones organizadas por especialidad, por institución1 o por región geográfica. Las mismas tendrán el valor agregado de la cercanía directa con los miembros que la integran. Este sentido de pertenencia le imprime a toda asociación el espíritu necesario para su crecimiento sostenido en el tiempo y su compromiso con la profesión. Sin duda, este entramado de asociaciones científicas, sociales y profesionales, organizadas al modo de las federaciones agrarias, representará mucho más fielmente las voluntades de aquellos trabajadores que las integren. Asociaciones destinadas a la capacitación y desarrollo científico-profesional; al análisis y tratamiento de todas aquellas cuestiones legales y normativas que nos incumban; y al abordaje crítico de los procesos éticos y bioéticos que enfrentamos cotidianamente.
Por eso saludo la creación de múltiples asociaciones de enfermería y sería un beneplácito personal verlas crecer como hongos en todo el territorio de la república Argentina, sin personalismos, sin exclusión. Entonces, cuando 20 o 30 representantes se sienten a la mesa de discusión con los distintos funcionarios va a estar la presencia de miles de colegas detrás.
(1)Ver Durante, Santiago y Gasco, Rubén: “Planificación estratégica ¿Una asociación profesional de Enfermería por cada Hospital?” Revista “Salud y Enfermería” nº 3
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